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Palabras indígenas de El Salvador

Antes de la llegada de los españoles, El Salvador era habitado por varias tribus indígenas que tenían sus propias costumbres ...

8 ago 2019

Palabras comunes de origen indígena




Algunas de estas palabras las podemos encontrar en nuestro día a día, siendo parte de nosotros y nuestra esencia.
  • Alguashte: Pasta preparada con semillas de ayote
  • Chapulín: Insecto, saltón
  • Chiche: Pecho, mama
  • China: Nodriza, persona dedicada a cuidar niños
  • Chinchín: Cosa pequeña, sonaja
  • Guate: Gemelo
  • Guisquil: Verduras de espinas
  • Jucumico: Árbol de aceituno
  • Maquilishuat: Árbol de cinco hojas
  • Matate: Red, cebadera
  • Mapache: Animal que caza con las manos
  • Papalota: Mariposa
  • Zenzontle: El de los cien cantos o el de las innumerables voces


Palabras indígenas de El Salvador


Antes de la llegada de los españoles, El Salvador era habitado por varias tribus indígenas que tenían sus propias costumbres y su propia manera de hablar y llamarle a las cosas.
Las principales tribus indígenas que poblaron El Salvador eran conocidas como Chortis, Pocomanes, Pipiles, Lencas y Ulúas.
En el siguiente mapa podemos conocer la ubicación de cada una de ellas, para que conozcas los lugares donde habitaban.
A pesar deque estas tribus desaparecieron, en la actualidad aún se siguen usando las palabras de origen indígena que dejaron, tanto en nombres de pueblos como en algunas cosas que usaban cotidianamente.

Algunos ejemplos de estas palabras son los siguientes:
  • Acelhuate: Agua de riego
  • Amatepec: En el cerro del amate
  • Apanteos: El Dios del río o El río sagrado
  • Atiquizaya: El salidero del agua
  • Coatepeque: En el cerro de la serpiente
  • Conchalío: Lugar de arena para ollas
  • Copinol: Harina de árbol
  • Chalatenango: Lugar defendido por aguas y arenas
  • Chalchuapa: Río de jade o río verde
  • Guaymango: Lugar de Quetzalcoatl
  • Guacotecti: Lugar de troncones
  • Huizúcar: Lugar de sauces
  • Ilobasco: Lugar de jiotes secos
  • Ilopango: En el jicotal
  • Juayúa: Lugar que tiene árboles
  • Lempa: En la orilla del agua
  • Masahuat: Lugar que tiene venados
  • Nahuizalco: Los cuatro Izalcos
  • Ostuma: Sobre la cueva
  • Paleca: Lugar de pinturas
  • Soyapango: Lugar de banderas de palma
  • Tepetitán: Entre cerros
  • Zacamil: La cementera del zacate
  • Zapotitán: Entre zapotes

Población indígena en El Salvador

La población indígena de El Salvador se dividía en dos grandes familias: los autóctonos lencas, absorbidos culturalmente por los pueblos invasores mayas y nahuas (uno de los grupos aztecas); y los pipiles, mucho más numerosos y descendientes de las migraciones nahua, como demuestran las fuertes influencias lingüísticas del náhuatl (lengua predominante entre los aztecas).

Los pipiles dan nombre a las tierras del Centro del país, como Cuzcatlán y fundan un centro cultural y politico del mismo nombre, cerca de la actual San Salvador

Los pipiles mantuvieron las estructuras económicas, sociales y políticas de los nahuas. Conservaron la propiedad de la tierra comunitaria dividiendo las grandes áreas de influencias de los poderosos caciques en calpullis o parcelas de tierra suficientes para alimentar a una familia. Los principales grupos sociales eran los nobles y los sacerdotes (pipiltun) quienes compartían el poder político con los guerreros. Al igual que los aztecas, eran los guerreros quienes elegían a los caciques, es decir, jefes militares. Con el tiempo los caciques dejaron de ser elegibles y se formaron cinco cacicazgos hereditarios: Apanecatl, Apastepl, Ixtepetl y Guacotecti y un gran centro religioso, Mita.


La base de la pirámide social pipil estaba formada por comerciantes, artesanos y el "pueblo" (macehuotlín). Los macehuotlin, aparte de cultivar los calpullis, tenían la obligación de trabajar las tierras de los sacerdotes (primeros propietarios de las tierras). Los prisioneros de guerra eran desposeídos de todos sus derechos y como esclavos se ocupaban de trabajar para las clases dominantes.
En lo referente a la artesanía los especialistas destacan que El Salvador fue el centro de producción, y exportación, de una cerámica peculiar muy apreciada por su característico brillo metálico.
En la esfera religiosa, rendían culto a los dioses nahuas: Quetzalcoatl, la serpiente emplumada, y a Tlalos, dios de la lluvia y de la fertilidad.
La llegada de los españoles acabó con la cultura de los pipiles.